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lunes, 8 de marzo de 2010

Para no volver a verla, nunca más

Ya perdí la cuenta de cuántas presentaciones del Óscar he visto en mi vida, deben haber sido muchas, quizá demasiadas, para que sienta este hartazgo tan grande. En épocas pasadas me acercaba a ellas por pura curiosidad morbosa, debo confesarlo. Siendo mujer joven, me intrigaba ver llegar a actrices y actores caminando por la alfombra roja -en la lejana antigüedad, sólo destinada a ser pisada por reyes y grandes héroes-; ataviados con bellísimos atuendos firmados por los grandes de la moda y el diseño. Después, esperaba ansiosa la entrega de esas estatuillas doradas más codiciadas que el mismísimo cielo; por último la consigna era correr al cine más cercano para poder apreciar las actuaciones, la dirección, el arte, el sonido...ect., y después de todo ésto, sentarme en un drive inn en compañía de muchos amigos, y tomando unas cuantas cervezas, para comentar lo que habíamos visto.


No caeré en el fácil comentario de que "en mis tiempos...", pero es a todas luces visible y constatable, el gran deterioro en ideas e inteligencia que estamos sufriendo como raza humana. Ayer salí corriendo de la Universidad del Cine Independiente, en donde imparto clases, y soy verdaderamente feliz y en donde había una real efervescencia por estar al tanto de quiénes iban a ser favorecidos por los dioses, para llegar a tiempo a mi casa, preparar todo a mi alrededor y sentarme lo más cómodamente posible, para ser testigo de los hechos que estaban a punto de llevarse a cabo en el Teatro Kodak de la ciudad de los Ángeles. Cuando llegué, me esperaba la noticia -que había olvidado-, de que me esperaban en casa de un amigo, persona muy importante de los medios, a la que no tiene caso nombrar. Así que todavía me dirigí hasta Interlomas, y al no haber casi tráfico en la ciudad, llegué a tiempo de ver unos poco minutos del aburrídisimo final de la pasarela por la alfombra roja. El tiempo suficiente para horrorizarme con la tan traída y llevada Preciosa, una gorda negra descomunal y feísima. Sí, a riesgo de que digan que soy racista, lo mismo hubiera dicho de tratarse de una teutona de la misma talla y con los ojos muy azules; esa tipa es un verdadero horror, pero como estamos en el tiempo de la imbecilidad en donde no debemos, ofender a nadie, todo el mundo decía que estaba realmente ¡Preciosa! no puedo respetar de ningún modo a alguien que se deja engordar de tal manera. Jamás veré una cinta tan obscena y deprimente, esos problemas (el incesto), se ven cada día más en todo el mundo y no hacen más que mostrar el inmenso proceso de involución y bestialidad en el que estamos metidos, la veo nada más como una forma bastante maniquea de hacer llorar a los estúpidos.


La película preferida del público que se contenta con muuuy poco, era Avatar, la millonaria cinta dirigida por James Cameron, y dirigida para mentes sin estrenar; que a lo largo de la entrega vimos caer frente a Zona de Miedo, dirigida por Katherine Bigelow, ex esposa de Cameron y que fue la sorpresa de la noche. No la he visto, a su tiempo daré la reseña y crítica. Amor sin escalas (¡vaya nombrecito estúpido!), pasó sin pena ni gloria; El hombre serio, tampoco obtuvo nada, por no ser entendida; y la gran sorpresa (para mí) fue el Óscar otorgado a Jeff Bridges por su actuación en Loco Corazón, que ya vi y no recomiendo más que a las personas que quieran pasar un muy mal rato viendo una película aburrida, lenta, deprimente, totalmente previsible y absolutamente prescindible. Por cierto, la actuación de Bridges, según mi muy documentada opinión, es sólo pasable, (aunque hay por allí, gente que como no conoce a Dios, dondequiera se anda hincando y opina que su actuación fue de lo mejor), yo digo que buena como ejercicio escolar, pero indigna de merecer la tan ansiada estatuilla, y eso que Bridges es de mis actores preferidos.


En los renglones anteriores narré todo lo interesante que pasó en esta entrega número 82; muy, muy lejos, quedaron películas realmente inteligentes y actuaciones verdaderamente memorables. El conteo final fue de 3 óscares para Avatar, y 6 para Zona de miedo, situación que verdaderamente hizo hacer pucheros a Cameron, que esperaba ser el multipremiado de la noche y que no pasó de hacer el ridículo al ir acompañado de una momia anoréxica, calva, anciana y espantosa -lo mismo que la gorda infeliz de Preciosa-, ésta, al contrario, está más flaca que mi cuenta en el banco ¡por Dios! no se vale tanta irresponsabilidad.


Como era de esperarse, hoy amanecí con una cruda ¡espantosa!, pero no vayan a imaginar que porque estaba tan contenta que se me pasó la mano con los Vodkas, no, sino una cruda moral por creer a estas alturas que iba a admirar algo que valiera la pena, por cierto, La Cinta Blanca, nominada al premio de la mejor película extranjera, tampoco vale dos cacahuates, ya la vi y no la recomiendo, no es tan mala como las mencionadas, pero algo así como para ser premiada, NO. Para finalizar, les diré que el sábado fui como siempre a la Cineteca Nacional y pude ver una película alemana que SÍ LES RECOMIENDO AMPLIAMENTE: La Banda Baader Meinhof, ojalá y tenga tiempo de hacer una crítica de ella antes de que acabe esta semana. Recomendación final: ¡Olvídense ya del cine comercial y vayan más a la Cineteca, ahí sí se respeta la Inteligencia!

3 comentarios:

Nadia Rubalcava dijo...

Tus palabras, todas, están llenas de razón...
Cada vez que veo esos derroches de glamour y vanidad me percato de lo vacía que está nuestra sociedad. Falta cultura, falta apoyo... ¡Falta ir más a la Cineteca!
Saludos
:)

(Soy Nadia... por cierto)

Unknown dijo...

:) GRACIAS DAHLIA!! UNA VEZ MÁS ME ABRES LOS OJOS!

Lecos dijo...

Sueeeeeelo...!!... azotón el que me acabo de dar... sigueme orientando...gran parte de lo que narras estoy en acuerdo... pero es interesante leer otros puntos de vista...Slds