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jueves, 19 de noviembre de 2009

2012


El pasado viernes 13 de noviembre llegó a todas las salas de cine de esta ciudad la tan anunciada película de Ronald Emmerich 2012. Dentro de la filmografía de este director están las películas: Día de la Independencia, Godzilla, El día después de mañana y 10,000 a.C. es obvio que con este currículum, no debíamos haber esperado nada diferente, pero -debo confesarlo-, tropezé de nuevo con la misma piedra, y enmedio de un gentío pocas veces visto, entré a una de las salas de la cadena Cinépolis con la remota esperanza de que en esta ocasión fuera algo un poquitito más inteligente, pero está visto que este director ya encontró un filón de oro macizo haciendo cine para las masas que no cuestionan NADA.

El guión (del mismo Emmerich) es absurdo y patético, flojo, pedestre, tonto y malo, malo, malo. El tiempo que duró la proyección, que fue de exactamente una hora con cincuenta y ocho larguísimos minutos, nunca supe si reír, llorar o enojarme. Opté por esto último y no lo hice con él, sino conmigo, por dejarme convencer por la mañosa publicidad y esperar otra cosa, que por lo visto, este director está incapacitado para hacer. Que me convierta en El Peje si vuelvo a ver otra película de desastres.

Los efectos especiales son en general muy buenos, excepto en la secuencia de la erupción en Yellowstone, en donde el magma que emergía de las profundidades, del núcleo mismo de la Tierra, era del color más antinatural que he visto. El sonido es impactante, con ésto quiero decir que excelente. La fotografía buena sin llegar a ser nada del otro mundo y las actuaciones de pena ajena. Me sorprendió ver a un John Cusack -que nos tiene acostumbrados a buenas interpretaciones-, tan desubicado y fuera de foco. Me dio la impresión de que nunca supo si estaba actuando en una comedia, una farsa o en una obra del absurdo. Cuando el planeta entero se está yendo a la chingada -literalmente-, lo menos que esperas es que él y sus adorables retoños, muestren un poco de miedo. Nunca gritan, lloran o pierden la compostura.

El desarrollo del tan nombrado film me pareció muy sospechosamente parecido al de La guerra de los Mundos, también ahí había un padre divorciado y looser; un nuevo "papá"que si la hace y que ha ocupado su lugar; un niño y una niña gritando todo el tiempo -éstos sí-; y el mundo enfrentándose a un terror nunca visto. El conflicto es el mismo, la historia familiar la misma, el reencuentro final del padre despreciado y al final valorado, el mismo, y a mi no me la pega el tal Emmerich, de que aparte de mediocre, es un vulgar copión. Claro que entre una y otra película hay grandes diferencias, obviamente La Guerra de los Mundos, es infinitamente mejor en todos aspectos.

No sé los demás, pero yo ya me estoy cansando de que para todo se hable de los Mayas. Todo el mundo se cree con derecho a opinar sobre una cultura que desconocen totalmente, sólo por que está de moda. Antes era Nostradamus, al que afortunadamente ya dejaron en paz, seguramente al darse cuenta de que no hay quien entienda sus oscuras Centurias. Lo único que vi claro en este film, es la voracidad de unos productores que, conscientes de que actualmente en todo el mundo la gente sólo quiere entretenerse sin cuestionar nunca nada, se llenarían muy fácilmente los bolsillos sin preocuparse en lo más mínimo, de presentar un producto al menos bien hecho y coherente. A nadie le preocupó asesorarse de gente seria y profesional acerca de los motivos (que sobran), para que este pequeño planeta llegue a su fin.

Total, que para haber sido estrenado en Viernes 13, no le ha ido nada mal a 2012, ya sacaron su inversión ¡Y lo que falta! En una escala del 1 al 10 yo le doy sin temor a equivocarme un 5 y digan que les fue bien. ¿Y a quién le importa finalmente?


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