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lunes, 20 de abril de 2009

UNA PASIÓN SECRETA


A veces resulta desesperante mirar la cartelera cinematográfica. Las sinopsis no dicen mucho, es más, no dicen casi nada. El único referente es el director y en algunas ocasiones, los actores. En este caso, el haberme enterado de que Una pasión secreta, le valió el Oscar a Kate Winslet, fue el detonador para que inmediatamente me desviara del camino que llevaba en esos momentos y me decidiera a entrar a un cine. Y en la más completa ignorancia de lo que iba a ser representado en la pantalla, me senté en uno de los comodísimos sillones ergonómicos de una sala Cinemex y me dispuse a gozar de la historia, la dirección y las actuaciones, en ese riguroso orden.


Pasión. (Latín passio) Sufrimiento, serie de tormentos. Perturbación o afecto desordenado del ánimo: dejarse llevar por sus pasiones. Inclinación muy viva de una persona por otra: ella (él) es mi pasión. Deseo vehemente. Objeto de deseo.


A ese sentimiento yo simplemente le llamo: "el toque del ángel", y tanto puede ser el toque de un ser angélico benévolo, como cuando uno siente pasión por la literatura, la música, la pintura, la belleza, etc. y nos impulse a hacer muchas cosas, o nos haga sentir que las hacemos; o el toque de un ángel malévolo que nos cambie la existencia para siempre. Cuando hablamos de pasión, nos referimos a un sentimiento que no tiene límites, que no conoce la mesura, que salta todos los diques y que lo abarca TODO. Esta es la pasión amorosa por otra persona. La literatura está llena de estos ejemplos y siempre terminan en tragedia. Y aquí es muy importante decir, que nadie escribiría sobre amores anodinos e insípidos y que casi todas las historias que hemos leído, son sobre seres apasionados.


Una pasión secreta, es lo que nos dice el título: una pasión entre un chico de tan sólo 15 años y una mujer que se acerca a los 40. Michael y Anna son tocados por el ángel y no hay nada que puedan hacer para evitar sentir lo que sienten, lo que viven y lo que sufren, porque finalmente la pasión es un tremendo dolor, pero agridulce, soportable y definitivamente: evidiable, que casi siempre lleva consigo otros componentes: lo secreto y lo prohibido.


En el castigado Berlín de los años 50´s, todavía están muy recientes las heridas de la segunda guerra. Los ofendidos gritan pidiendo justicia y los ofensores tratan de comprender porqué fue que las cosas sucedieron, como sucedieron. Todavía no han construido el muro de la ignominia, así que los berlineses transitan libremente de un lugar a otro y tratan de llevar una vida normal en todos los sentidos.Todos quieren restañar sus propias heridas. En este marco, es que los dos protagonistas se conocen. Ninguno sabe nada del otro, simplemente porque esto no es necesario cuando se habla de una pasión. No hay preguntas ni curiosidad en ella, que no parece esperar ya nada de la vida, ni en él, que lo espera todo. Simplemente se aman sin cuestionarse nada. El chico no tiene ningún pasado, por supuesto; y la mujer ni siquiera tiene que ocultar el suyo, pues el chico nunca hace preguntas ni demuestra celos por un pasado en el que él ni siquiera existía aún. Lo que los une además de la pasión que comparten, es la literatura, que parece ser la única curiosidad que tiene ella. Una y otra vez, se reúnen para compartir historias, epopeyas y poemas. A veces invirtiendo el orden, primero la lectura y después el amor, otras, el amor y la pasión seguidas por un buen libro.


Un día, Anna desaparece sin dejar el menor rastro, dejando el plano real para pasar a formar parte del mundo onírico de Michael, que no concibe la existencia sin ella. El ángel lo ha tocado y él ni siquiera sospecha que éste toque es para siempre. La gran mayoría pasamos la vida deseando ser los protagonistas de una pasión sin límites, pero es claro que ni siquiera podemos imaginar a lo que nos llevaría esa pasión y que debemos tener cuidado con lo que pedimos, porque alguien nos puede conceder ese deseo. Otros, los más valientes y osados, piensan que no importa ni mucho ni poco el sufrimiento y que la vida sin una pasión no es digna de ser vivida; y se lanzan ciegos y enloquecidos a lo que seguramente será su fin, pero siempre será el fin que ellos persiguieron y no el que la vida se digne a otorgarles. Cuestión de libre albedrío.


La película es inconmensurablente bella, con esa rara belleza que tiene el sufrimiento sin límites, ese dolor que sentimos gozosos, porque es extraño, porque no se dá tan fácilmente, porque no lo encontramos muchas veces en toda nuestra existencia y porque...¿Porqué no decirlo? En ocasiones, sólo muy raras veces, nos gusta apurar el cáliz hasta el fondo, dejar que las lágrimas corran libremente por nuestro rostro y limpien nuestra alma, que los sollozos estremezcan nuestro cuerpo sin avergonzarnos por ello, que nuestra mente cuestione de una vez por todas y sin ambages ni hipocresía, toda nuestra triste y desolada vida. Una pasión secreta, deja de serlo cuando es compartida por todos los que tuvimos la buena idea de entrar a una oscura sala y sentir compasión, esto es: compartir la pasión con los protagonistas de esta historia sublime e inolvidable.


Película: Una pasión secreta ( The reader)
Director: Stephen Daldry
Actriz: Kate Winslet
Actor: Ralph Fiennes
Sala: La que tú elijas.
Espectador: Ojalá y todo el mundo

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