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viernes, 15 de mayo de 2009

Ignorancia: la más apocalíptica de las plagas



Las tres últimas semanas todo el mundo -literalmente-, estuvo pendiente de "la epidemia del siglo". Durante muchos días, la población mexicana fue protagonista de una película de ciencia ficción en la que todos tuvimos que hacer el papel de extras, aún en contra de nuestra voluntad, al menos de la mía. Desde que se dió la noticia de que todos moriríamos en breve plazo, si no seguíamos las instrucciones para estornudar, toser, comer e ir al baño, yo me dediqué a patrullar esta inmensa ciudad de norte a sur y de este a oeste. Mucho me admiré al darme cuenta de que en el Estado de México -, léase Satélite y anexas-, las cosas eran diferentes. Ahí eran pocos los que llevaban cubrebocas o estaban encerrados en sus casas. ¿Sería acaso que el dichoso virus sólo se dedicaba a matar chilangos? Un poco después la medida se convirtió en llamada nacional y entonces fue todo el país el que tuvo que dejar todos sus pendientes y dedicarse a mirar películas en casita, lo que hizo que Blockbuster hiciera su agosto en plenos abril y mayo, porque de ponerse a leer, de eso nada, ni siquiera en defensa propia. Se trataba de embrutecerse, (¿más?), de no pensar, de emorracharse hasta caer inconcientes, de tragar hasta hartarse, y ¿porqué no? de pelear a más no poder, porque la familia junta, ni difunta. Fueron días de niños golpeados, esposos divorciados, padres corridos y abuelos envenenados.

Y ni hablar de la imagen de México a nivel mundial, ya de por sí bastante deteriorada a causa de la tremenda e imparable violencia que nos aqueja. Ahora no sólo nos temen, nos tienen asco. Y tendrán que pasar muchos meses para poder deshacernos de tal estigma. Les dimos el mejor pretexto para no recibirnos en sus países ni venir al nuestro. Yo me pregunto: ¿Porqué no fue la misma reacción mundial hacia los gringos?. Hay, en este momento, y desgraciadamente seguirán habiendo, muchos interrogantes al respecto, y más desgraciadamente aún, pasará mucho tiempo para que obtengamos las primeras respuestas verdaderas. Quizá cuando nuestro actual presidente tenga ochenta años y Carmen Aristegui vaya (ya muy ancianita también), a entrevistarlo a su casa (?) y se decida a revelar los verdaderos motivos que se tuvieron para haber paralizado al país a costa del más tremendo costo y enmedio de la más grande de las crisis, sepamos algo de la verdadera verdad.

Yo personalmente odio la rumorología, (léase: Teoría del rumor), o sea, no me voy a sumar a la bola de pendejos que se dedicaron a querer llevar agua a su molino elaborando los rumores más inverosímiles acerca de lo que estaba pasando. Sólo voy a relatar a grandes rasgos lo que YO ví.

Ví calles, plazas, jardines, centros comerciales, templos, gimnasios, salones de belleza, viaductos, circuitos, segundos pisos, periféricos, antros, restaurantes, burdeles, hoteles, cines, escuelas, universidades, bazares, tianguis...y todo lo que pueda olvidar en este momento:VACÍOS. Sólo unos cuantos automóviles circulaban aquí y allá, y al volante iba algún imbécil solitario que aún así, llevaba puesto el cubrebocas, digo, imbécil no por solitario, sino por llevar el cubrebocas. ¿Pues no que el mexicano no teme a la muerte y se la come en forma de calaveritas de azúcar? Cuando yo vuelva a escuchar eso el próximo 2 de noviembre, le rompo la cara a quien lo diga. ¡Palabra que sí! No crean, también me dí una vuelta a los hospitales, pero no a las salas de espera, en donde el miedo hizo que la ignorante población cayera como una plaga apocalíptica al menor estornudo, sino a la puerta por donde sacan los cadáveres, ahí estuve varias noches y les juro que no ví salir más que la cantidad normal de muertos que naturalmente tiene que dejar esta vida. Y les juro que chequé varios hositales, del gobierno y particulares. Claro, era materialmente imposible que con sólo menos de 70 fallecidos en todo el territorio nacional, me tocara ver a algunos.

Por otro lado, también ví los medios de transporte retacados hasta el techo, parecían camiones de aquella memorable caricatura que lamentablemente ya no encuentro en los puestos de revistas: La familia Burrón. Nada más se miraban narices, y lo peor, sin cubrebocas. El nombre equivocado de ese adminículo, hizo que la mayoría de mexicanos lo tomaran al pie de la letra y no cubrían su nariz, habría que buscarle otro nombre. ¿Qué les parece cubrenaribocas? Mientras toda la planta comercial del país se cerraba como medida precautoria para que la epidemia no se diseminara por todos lados, el metro, los trolebuses, los micros y los metrobuses no guardaban ninguna medida, como siempre, llevaban gente colgando de sus puertas y nadie hizo nada para evitarlo. ¿Qué pasó, míster Súperman? -Léase Ebrard-, y le digo así, porque aunque ustedes no lo crean, a algunas miserables mujeres les parece guapo y así le nombran. Esa era la manera más segura de que cualquier epidemia se diseminara por todos lados y ahí nunca se hizo nada, ¿No les parece muy sospechoso? No soporto el rumor, pero me encanta el sospechosismo.

Pero, ¡agárrense de las manos! o de donde puedan, resulta ser que no TODO estaba vacío. También me dí una vuelta por la sede de los principales partidos políticos y...¿Qué creen? Pues que ahí sí había gente, y mucha, y trabajando a marchas forzadas para la próxima campaña política. Los ví entrar y salir de sus madrigueras apresurados e ilusionados de que "ahora sí, ahora sí la vamos a hacer". También había gente en La Asamblea Legislativa del D. F., la Cámara de Diputados, la de Senadores y La Tremenda Corte. Me puse a pensar en el cuento que de niña me contaba mi abuela, y las abuelas de todos ustedes: la del lobo, ¿se acuerdan? ¡Ahí viene el lobo, ahí viene el lobo!, el peligro es que después de varias veces de mentir, el lobo sí aparece y se los come a todos.

¡Ah, se me olvidaba! Y Hablando de animales tengo que mencionar también a unos animalitos simpáticos, gruñidores, gorditos y sobre todo...¡sabrosísimos! -los inefables cerditos-, no comparar con los políticos de este país, por favor, que salieron con su bella imagen tremendamente dañada, digo, los cerditos. Ahora resulta que se llevará a cabo una tremenda comilona (estilo Fellini) de carnitas, con sus tortillas recién hechas y su salsita y ¿porqué no? su tequilita, para demostrar que su dulce y suave carne no es tóxica. Lo insólito de todo ésto, es que asistirán a ese banquete, las Fuerzas Armadas, los petroleros y los diputados. ¡Háganme ustedes el favor, por Dios y su santísima Madre! Lo que no sé ni me imagino, es porqué no invitaron también al sindicato de maestros y a su líder, más bien sí imagino: hubiera sido un caso de antropofagia y monseñor Rivera Carrera hubiera rasgado sus vestiduras, aún cuando a mí me parece que debió ser el Primer Invitado, debe demostrar con hechos su inamovible fe en Dios, ¿no creen?. Ya que no pueden asistir al Banquete de Platón, que asistan al de carnitas.
Buen Señor Dios, te hago un reclamo: ¿Porqué sólo nombras a cuatro jinetes del Apocalipsis? A saber: el hambre, la guerra, la muerte y la peste. Yo me atrevo a poner un QUINTO JINETE, la IGNORANCIA, sin la cual no existirían tres de ellos. ¿Me permites que enmiende un poco la plana?

Bueno, eso ví YO y así mismo se los paso.

2 comentarios:

Carlos Niebla Becerra dijo...

jajajaja Muy divertida entrada en tu blog :) te dejo una frase que es el orígen y descripción del problema de la ignorancia, de Warren Buffet (el 2do. hombre más rico del planeta): “The smarter the journalists are, the better off society is. [For] to a degree, people read the press to inform themselves-and the better the teacher, the better the student body.” -- "Lo más listos/inteligentes que son los periodistas, lo mejor que está la sociedad. Porque hasta cierto punto, la gente lee la prensa para informarse - y lo mejor que sea el maestro, lo mejor que serán los alumnos."

Los periodistas mexicanos, en su gran mayoría, se dedican a comentar el punto, casi nunca hacen investigación, y promueven la "opinocracia", y como resultado de esto, los mexicanitos se dedican a comentar y a opinar, nunca a investigar...

F.O. dijo...

Asi es, estoy de acuerdo en todo, aca en el norte nada mas cruzabas la raya fronteriza y nadie traia tapabocas y mucho menos pararon actividades, no sera que Obama se vengo de Calderon por casi amenazarlo cuando le dijo que todas esas armas que EEUU vende a Mexico podrian ser usadas en contra de ciudadanos de ese pais?