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martes, 9 de junio de 2009

Náusea

Asco, repugnancia, repulsión, aversión, odio, animadversión, desagrado, aborrecimiento, empacho, saciedad, hastío, antipatía, tirria, disgusto, angustia, desazón, arcada, vómito...y no encuentro más sinónimos para definir el sentimiento que me embarga por causa de los terribles hechos acaecidos en Hermosillo el pasado viernes.

Resumen de los hechos: Una guardería subrogada por el IMSS para dar servicio a niños desgraciadamente mexicanos. El IMSS paga $2,000.00 por cada niño al que se atienda, se cuide, se guarde, se alimente...entre muchas cosas más que un infante necesite para su desarrollo. Los nombres de los socios en dicho negocio, abarcan desde parientes de la primera dama del país, hasta el mismo gobernador del Estado. ¡Claro, es un negocio redondo! Se renta una bodega, se hacen divisiones, se pone una puerta y ...¡Violá! Ya está lista la guardería ABC, y muuuuchas más de Hermosillo y del país, desgraciada y desvergonzadamente de los mismos dueños de esta despreciable y despreciada república mexicana, democrática y dizque laica.

¿Qué detonó la tremenda tragedia? ¿No adivinan? ¿Será acaso que un hecho así ocurriría en cualquier parte del mundo? ¿Que fue un desgraciado accidente? ¿Que en esa guardería todos se desvivían por que los niñitos estuvieran bien y fueran felices? ¿Que Dios manda desgracias para probarnos, como dijo una de las estúpidas madres que perdieron dos hijos en esos tremendos hechos? ¿Un corto circuito del que nadie es responsable? ¡NO! LAS ÚNICAS CAUSAS FUERON LA CORRUPCIÓN, Y LA IGNORANCIA.

Y para que quede claro, me tomé el trabajo de buscar sinónimos de esa palabreja tan llevada y traída por todos los corruptos y vendidos medios mexicanos. Corrupcción: descomposición, putrefacción, podredumbre, peste, fermentación, depravación, perversión, vicio, prostitución, envilecimiento, deshonestidad, soborno, cohecho.

Todas esas terribles palabras quieren decir lo mismo, y todas y cada una de ellas sirven para calificar a la pestilente clase política de este miserable país; a todos y cada uno de los diputados del Congreso, a todos los senadores, a todos los jueces, a todos los gobernantes, y por supuesto, a todos los pendejos que en cada una de las elecciones democráticas, van y votan pensando que las cosas van a cambiar con el sólo hecho de ir a poner una cruz en una sucia boleta que nos cuesta más que si fuera de oro.

El noventa por ciento de ellos -NI POLÍTICOS NI PUEBLO-, saben nada de su país, no saben nada del candidato por el que votan, no saben nada del partido que los postula, no saben nada de Historia, en resumen: no saben nada de nada, y por los mismo, no deberían tener derecho a llevarnos a la mierda a todos.

Hoy por hoy, decir que uno milita en tal o cual partido, -y aquí en México hay tantos como para dar y regalar-, es lo mismo que ser idiota, retrasado, deficiente, subnormal, estúpido, pendejo, crédulo, tonto, lelo, majadero, cretino, necio, insensato, borrico, papanatas, asno, gaznápiro, sonso, zoquete y gilipollas. ¿No les parecen muy lights todos estos adjetivos? Algunos de ellos hasta los decimos de cariño. Lo increíble es que sólo haya dos antónimos: Inteligente y listo.

En este marco de cosas, es muuuuy fácil profetizar que nunca irá nadie a parar a la cárcel, que nadie será detenido, y que si alguno lo es, más rápido que pronto se busca un amparito y ni quien se acuerde en dos meses de que el incendio en la guardería ABC se llevó a más víctimas -y en este caso, verdaderas-, que la famosa e inofensiva influenza. ¿O es que alguien de acuerda de las víctimas del Lobombo y el News Divine?

Dentro de todo, puedo comprender, no avalar ni justificar, que haya gente sin escrúpulos, que se dedique a lucrar con todo, lo entiendo, porque son tan poquita cosa, que saben que sin dinero nadie los miraría dos veces y están acostumbrados a pagarlo todo, pues gratis, nadie les daría nada. ¡Tan asquerosos son!

Lo que sí no entiendo, es la supina imbecilidad e ignorancia de los padres de los niños muertos. Si aparecen frente a los micrófonos de la radio y las cámaras de T. V. diciendo que ya ni llorar es bueno y que tener odio hacia los causantes no remedia nada, que diosito se los mandó, que ellos los perdonan de todo corazón...y una inmensa sarta de pendejadas, sólo me queda por decir. ¡Que les corten la cabeza y amén!*

2 comentarios:

Carlos Niebla Becerra dijo...

Y lo PEOR de todo: el "pueblo" no está dispuesto a hacer lo que le toca, a cambiar.... :(

Unknown dijo...

Como apunta Carlos, lo dificil no es esperar a que el gobierno cambie, sino darse cuenta de que los cambios que mas le urgen al pais comienzan de la puerta de nuestra casa hacia adentro...